Escribo este post en el tren de vuelta de Pamplona, ciudad en la que he pasado unos días preciosos acompañando a un grupo de mujeres con el Taller El Camino del Placer. ¡Me siento tan agradecida a la vida por poder dedicarme a esta maravillosa profesión y difundir Bienestar Sexual!
Así que hoy, para celebrarlo, quiero compartir contigo un tema del que hablo en mi libro de Crecimiento Erótico Placer ConSentido (del que, por cierto, hoy mismo sale a la venta la 3 edición):
Cómo favorecer e intensificar el orgasmo
- Cuestionarse la educación sexual y las creencias y trabajar cualquier bloqueo emocional que pueda estar relacionado con la sexualidad y con el momento de “dejarse ir” en el orgasmo. El placer sexual está reñido con la culpa, el miedo y con la cultura oscurantista de años pasados que nos decía que el sexo era sucio, malo y obsceno. Además, es posible que hayas vivido experiencias traumáticas que necesitas integrar para poder sentirte libre sexualmente. Ya que si no puedes permitirte el placer, el orgasmo quedará cada vez más lejos. En este punto, es posible que necesites acompañamiento de la mano de un/a profesional de la Sexología.
- Conocer el cuerpo y autoestimularse. Es importante que conozcas tus zonas erógenas y la forma de estimularlas que te gusta más. Las sesiones de autoestimulación, sobre todo al principio, deben ser largas (resérvate una hora de tranquilidad). Después, con la práctica, es posible que necesites menos tiempo.
- Erotizar la mente. Saber qué fantasías te gustan y qué contenidos te estimulan más. Así podrás usarlas también para excitarte más y favorecer el orgasmo.
- Centrarse en las sensaciones sin esperar el orgasmo. No estar en la relación sexual exigiendote tener que experimentar el orgasmo, rebajar las expectativas y centrarte en divertirte, en disfrutar, en jugar… ¡Lo que más te apetezca!
- Estimulación combinada. Estimular varias zonas a la vez que te resulten muy placenteras.
- Tensar los músculos y aumentar el movimiento. Justo cuando estás a punto de llegar al orgasmo, tensar las piernas, las nalgas, el abdomen y/o los brazos, de forma momentánea, puede ayudarte a experimentarlo.
- Contraer el periné. De la misma forma que en el punto 6, la tensión de la musculatura de la pelvis puede ayudarte en ese momento álgido.
- Movilidad. Bascula la pelvis y crea movimiento en tu zona genital.
- Liberar la voz. Gemir es una forma de centrarte en el momento y de favorecer ese “dejarse llevar”.
- Detener la respiración. Así como la fase de excitación necesita que la respiración fluya, una pequeña apnea en el momento previo al orgasmo puede ayudar a desencadenarlo.
Y este es uno de los ejercicios que comparto en el libro:
Haz como si…
Hay muchas personas que nunca han sentido un orgasmo y son ellas mismas las que se lo reprimen. Debido a los mensajes que han recibido a lo largo de su vida, muchas relacionan el hecho de disfrutar del sexo con adjetivos negativos y despectivos. Cuando, en realidad, la energía sexual es la energía vital y, favorecerla en nuestra vida, puede conllevar múltiples beneficios.
Si nunca has experimentado un orgasmo, en tu próxima sesión de autoestimulación, haz como si tuvieras uno.
Sin juzgarte, solo recréalo. Después, anota cómo te has sentido en cada momento.
Puedes moverte, suspirar, gemir, gritar… Lo que se te ocurra.
Si no te permites representarlo, ¿cómo te vas a permitir experimentarlo?
No podemos obligar a nuestro cuerpo a tener un orgasmo, pero podemos crear las condiciones que lo favorezcan. Si no le damos confianza y libertad a nuestro cuerpo, no podrá regalarnos los placeres que es capaz de crear.
Durante los próximos días, experimenta y encuentra los trucos que te funcionan mejor. No te agobies ni te presiones, estamos aquí para probar y practicar.
¡Feliz sexo!