Últimamente oigo hablar mucho de la virginidad y bastantes padres/madres me han trasladado su inquietud por la posible rotura del himen antes de practicar la penetración con un hombre.
Es un buen momento para preguntarse: ¿Cómo es posible que a día de hoy gran parte de nuestra sociedad siga preocupada por demostrar la virginidad? Y, antes de nada: ¿Quién es virgen? O, ¿qué es ser virgen? ¿Estamos hablando de no haber tenido un pene en el interior de la vagina? Porque si una de las acepciones de “virgen” es “pureza”, ¿qué pasa, que cuando tenemos una relación sexual con penetración, perdemos “pureza”? ¿Esto significa que nuestra “calidad moral” depende de lo que hagamos a nivel sexual? Es más, que va ligada a una pequeña membrana que hay en nuestro interior llamada himen. A mí que me lo expliquen.
Voy a Google y esto es lo que encuentro en la sección de Noticias:
“Investigan caso de un hombre que habría ofrecido 20mil$ por la virginidad de una niña de 13 años”
“Trató de vender la virginidad de su hija de 13 años”
“Decidió vender su virginidad para vengarse del novio infiel”
“Adolescente subasta su virginidad por un Iphone 8”
Es decir, que a distintos niveles, esta construcción social que es la virginidad, conlleva (en numerosas ocasiones) diferentes tipos de discriminación hacia la mujer. Desde insultos y desprecios hasta crímenes de honor en ciertas sociedades. Así que considero de gran importancia que dejemos de controlar la sexualidad de las mujeres con estos conceptos retrógrados que únicamente nos contemplan como objetos sin autonomía. Quizá así dejaríamos espacio en nuestra mente para ocuparnos de los valores que transmitimos a nuestr@s hij@s y en saber qué tienen en el corazón y cómo se sienten.
Dejemos que nuestras niñas toquen su vagina, se exploren, jueguen y se descubran sin miedo a lo que le pasará a su himen y, por lo tanto, a la hipócrita prueba de su virginidad y pureza.
En relación al tema, hoy quiero compartir contigo esta carta que escribí.
Carta a mi hija
No, no necesito que seas lo que la sociedad considera una niña buena.
Quiero que seas lo que tú quieras ser.
Que experimentes el tener alas, el dejar volar la imaginación. El soñar.
Que te permitas sentir, que rías, que llores, que grites, que tiembles.
Que te escuches. A ti y a tu cuerpo.
Que te equivoques siempre que haga falta. Como yo y como tod@s.
Que no evites amar por miedo al dolor.
Que los errores también son vida.
Y grandes capítulos. A veces, de los mejores.
Que está bien perderse para poder encontrarse.
Que ames, que ames muchísimo, pero a ti la primera.
Y que no dependas de nadie. Que l@s prefieras, pero no l@s necesites.
Que te respetes siempre.
Que puedas llegar a sentir lo que es aceptar el propio cuerpo por completo.
Y hacer con él lo que te dé la gana.
Que beses porque así lo sientes y en el momento que decidas.
Que elijas cómo quieres vivir la sexualidad y que lo hagas libremente.
Que digas “no” y digas “sí”.
Que preguntes todo lo que quieras.
Que ames tu naturaleza, tus mares, tus raíces, tus lunas.
Que corras con tus lob@s.
Y que siempre que lo desees, encuentres en mí un lugar seguro.
¡Feliz sexo!