Tengo que hacer x, tengo que decirle a esa persona que x, tengo que ir a tal sitio… ¿Te suena?
¿Qué impacto crees que tiene en tu interior cada vez que te dices un “tengo que”? Obligaciones, presiones, sentimiento de no libertad, de no decisión… ¡No nos engañemos! Los “tengo que” no existen, absolutamente TODO lo decides tú. A cada momento. Tú decides ir a trabajar para llevar un estilo de vida determinado, mantener una relación que no te aporta nada porque lo prefieres a la soledad, hacer deporte para cuidarte… ¿O hay alguno de esos “tengo que” al que te esté obligando alguien? Piénsalo detenidamente (y con sinceridad).
¿Qué ocurre dentro de ti si pones un “quiero” delante de cada frase? ¿No es esto mucho más realista? ¿Y qué impacto tiene ese “quiero” en tu motivación y en tu forma de encarar cada uno de esos temas? Recuerda que en tu vida no decide nadie más que tú.
Te invito a hacer una lista de cada “tengo que” recurrente en tu mente y, a continuación, cambiarlo por un “quiero”.
Nada nos quita más la libertad que nosotr@s mism@s. Y lo mismo ocurre en la sexualidad. No ·tienes que” vivir ningún estilo de sexualidad impuesto ni ninguna frecuencia determinada. ¿Cómo quieres vivir tú tu sexualidad?
¡Feliz sexo!