Y tú, ¿desnudas tu cuerpo al sol?

Espero que el verano te esté sentando de maravilla. Como ya sabes, los contenidos del blog estaban de vacaciones, pero como en Placer ConSentido nos apasiona tanto nuestro trabajo, volvemos con la reflexión sobre el nudismo que Marta Villar, una de nuestras fantásticas colaboradoras, ha querido compartir contigo.

Marta, además de ser miembro del equipo de Placer ConSentido en Barcelona, es Psicóloga especializada en Terapia Sexual y de Pareja, ofrece asesoramiento individual y de pareja desde una perspectiva de género y feminista y es agente comunitaria en gTt-VIH. 

Con las altas temperaturas que nos brinda el verano, la playa es uno de los sitios donde mejor se puede estar. Si todavía no lo has probado es un buen momento para visitar playas y calas nudistas donde vivir la experiencia de sentir tu cuerpo desnudo en un entorno natural.

Como en todas las demás cosas de la vida que todavía no hemos probado, nos podemos hacer una idea de cómo serán en base a las experiencias que otras personas cercanas nos cuentan y también según ciertas ideas que aceptamos como válidas pero que, en realidad, son falsas creencias llenas de prejuicios. Por ejemplo, en relación a las playas nudistas hay algunas personas que piensan que son lugares donde la gente va con la intención de tener relaciones sexuales o que son espacios llenos de mirones. Aunque pudiera darse el caso de que esto pasara, hay otras características de estas playas que ni siquiera se nombran. Lo relativo al cuerpo, al placer y lo sexual sufre una gran represión aunque nos pensemos muy modernos.

En la sociedad actual se tiene un gran interés en cultivar la mente valorando de forma más positiva a aquellas personas que tienen estudios superiores que a las que no. Sin embargo, existe una atrofia por lo corporal, por vivirse el propio cuerpo y por expresarse a través de él. A pesar de que vivimos sumidxs en un sistema que otorga un gran culto a lo corporal desde lo estético y a encajar dentro de determinados patrones de belleza considerados como los ideales, nos olvidamos de apagar un poco la mente y trabajar lo corpóreo. Algunas de las maneras podrían ser a través del baile, del ejercicio, de las relaciones sexuales o del nudismo.

La práctica del nudismo nos ofrece la oportunidad de reconciliarnos con el propio cuerpo, de observar cómo somos sin toda la ropa que a menudo nos aprieta para que nos quede bien y que no nos permite respirar de manera natural. No sólo es un desnudo literal sino que también implica un desnudo mental muy necesario para sentirnos un poco más libres. Porque la libertad no aprieta.

Marta Villar

Y tú, ¿qué opinas sobre el nudismo?

¡Feliz sexo!

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