Ayer en una sesión de psicoterapia, una persona maravillosa a la que tengo el honor de acompañar en su proceso de crecimiento personal, dijo: Idealizo tanto a los hombres que me gustan, que olvido lo ideal que hay en mí.
Esta es la realidad de muchísimas personas que han aprendido a amar desde la dependencia. A través de distintas experiencias vividas y de tantos mensajes recibidos, han asumido que tod@s necesitamos a alguien para ser felices. Tener una persona al lado que te complete y sin la cual te desestabilizas, como un árbol sin raíces.
Es tan grande la necesidad de llenar el vacío interior, que cualquier persona que se acerque es vista como la gran salvación. De repente, esa persona desconocida se convierte en la pareja ideal que cubrirá tus necesidades. Toda tu vida empieza a girar en torno a esa persona y cada vez te olvidas más de ti.
¿Qué repercusión tiene para la autoestima una relación que se mantiene para cubrir carencias? Carencias de autoestima, de seguridad, de afecto…
¿Te imaginas viviendo con ese rol de dependencia toda tu vida y siendo feliz?
Piénsalo por un momento: Si no sintieras esa necesidad de depender, ¿cómo crees que sería tu relación de pareja?
Nos han enseñado que las personas seguras dan miedo y que lo mejor es tener una pareja que te necesite. Al fin y al cabo, así ocurre en las películas, ¿no?
Que no te engañen: El romanticismo no está reñido con la libertad individual.
Elige una persona que…
– Se quiera
– Se respete
– Cuide de sí misma
– Sea independiente
– Tenga objetivos y proyectos propios
– Le de importancia a su espacio y ocio personal
– Sea feliz por sí misma
Y que, ADEMÁS, decida estar contigo. Pero no porque lo necesite, sino porque lo elige de forma libre.
Y sé tú también esa persona. Porque solo el día en que llegues a ser esa persona, encontrarás a alguien que esté en tu mismo nivel de consciencia.
Alguien que valorará que…
– Te quieras
– Te respetes
– Cuides de ti mism@
– Seas independiente
– Tengas tus propios objetivos y proyectos
– Le des importancia a tu espacio y tu ocio personal
– Seas feliz por ti mism@
Antes de dirigir tus esfuerzos en buscar a tu pareja ideal, céntrate en ser tú tu propia pareja ideal. Pregúntate para qué quieres tener una pareja (para no estar sol@, para que me cuide, para tener a alguien que se preocupe por mí, para compartir la vida, para disfrutar, para crear un proyecto común…), y, en función de la respuesta, decide si es lo que realmente necesitas en este momento.
La vida es maravillosa… ¡Tu vida! No la dejes en manos de cualquiera solo por miedo a la soledad.