El sexo habla de ti.
La forma en la que lo vives, es un reflejo de cómo vives tu vida y de cómo te relacionas. Y al revés, hay muchos aspectos de “tu forma de hacer” que hablan de tu sexualidad. Hoy vamos a centrarnos en uno de ellos: La comida.
Si piensas en la forma que tienes de comer, ¿qué relación encuentras con tu manera de practicar sexo?
¿De dónde viene esta relación? Es sencillamente una muestra de tu actitud ante la vida. Puedes comer lento y degustando cada plato, puedes engullir sin darte cuenta de los sabores (hay personas que no saben ni lo que están comiendo de lo rápido que van), quizás prefieres los platos combinados, o eres más de plato único…
Esto no significa que tu sexualidad tome siempre la misma forma (¡y mejor que no sea así, porque vaya aburrimiento!). Pero puede haber una tendencia principal, de la misma forma que, habitualmente, te relacionas de cierta manera o resuelves los problemas de determinada forma.
Como siempre, no hay una opción mejor ni una de peor, sino que se trata de encontrar aquella con la que tú te sientas bien (Recuerda el artículo ¿Qué es lo normal en el sexo?). Eso sí, que no sea por desconocimiento o por miedo a probar cosas distintas. Es decir, hay parejas que mantienen una visión coitocéntrica de la sexualidad, simplemente, porque eso es lo que les han explicado y no contemplan una relación sexual sin coito. Te lo decía en el post Juegos… ¿Preliminares?
Vamos allá con la sugerencia del menú de la casa.
Aperitivo: Seducción, miradas, roces desprevenidos, mensajes, notas…
Primer plato: Juego de mesa erótico, masaje suave, caricias por todo el cuerpo (menos zona genital), despertar la piel con una pluma…
Segundo plato: Aumentar la intensidad del primer plato para subir aún más la temperatura. Es decir, caricias más fuertes, incluir la boca, la lengua…
Tercer plato: Sexo oral, coito, masaje genital… Si quieres aprender el mejor masaje, organiza tu reunión de La Evolución del SexEvolution 😉
Postre: Disfrutar de caricias menos centradas en los genitales… ¡O repetir!
Café, infusiones y mignardises: Abrazos, palabras…
Bebida: Besos de menor o mayor intensidad.
Como ves, aquí no hay plato principal, porque todas las prácticas tienen el mismo nivel. No hay orgasmos (ni placer) de primera o de segunda clase.
El concepto de este menú es ir de menos genital a más y de menos sexual a más. Así creamos expectación y el deseo cada vez crece más y más.
Solo tienes que elegir qué quieres degustar en cada apartado, ¡y a disfrutar!
¡Que tengas un día lleno de sabores!