El post de hoy está dedicado a unos versos de los que erizan el cuerpo entero.
Él fue uno de esos descubrimientos que traen las noches de verano, El Hombre Orquesta, cantautor y poeta de aquellos que destilan emociones e incitan sensaciones.
En su página, bajo el nombre El Poeta de la Madrugada, podéis encontrar joyas en letra, como estas.
IMAGINACIÓN SIN FRONTERAS
He estado paseando mi boca
por la orilla de tus labios
fresca y cautivadora su brisa
me derretía como estaño.
Mi sangre llena de olas
abraza mi sensible corazón de barco
tus pechos son caracolas
hacia allí es donde parto.
Con una pluma y un papel
la imaginación no tiene fronteras
te escribiría una poesía a besos
en el centro de tus caderas.
(El Poeta de la Madrugada).
RABIOSAS PUPILAS |
Cuando te miro a los ojos
leo en tus rabiosas pupilas
confesiones calientes
que tus labios no quieren decir.
Jamás los gritos
de una mirada mienten
al igual que todo lo que quiero decirte
es imposible de escribir…
(El poeta de la madrugada)
ANOCHE SOÑÉ CON ELLA…
Anoche soñé con ella,actriz principal de mi delirio excitado
recorrí los aledaños de su cuerpo al aire,dulce y salado.
Plantando besos en cada uno de sus rincones
punta de lengua juguetona,viajó de pies a cabeza
surcando mares de piel a borbotones
atravesé el triangulo,de las posturas traviesas.
Camino del valle de las montañas gemelas
de tacto esponjoso y cimas sensibles
mis labios imantados de toda ella,se derritieron
en la curva caliente,de su cuello tangible.
Manantial de aromas escalofriantes
manto de esencia,que habitación cubría
mejunje de besos inventados
deseos y locura,la mayor de las orgías.
Anudados como culebras,en acto sexual
a trote de tortuga cansada,entre dentro suya
explorador erecto,encajado en cueva rosada
subía y bajaba,invocando el clímax de la lluvia.
Respiración cuesta abajo y sin control
sincroniza movimiento pélvico, engrasando cadenas
mudanza de aposento por cada cambio de escena
se repartieron,por todo el lecho sin tregua.
Como lobos hambrientos en la noche
aullamos cogidos de la mano
sinfonía de notas decadentes anunciaban
el final del acto sudado.
Abrazado a su desnudez mojada
su pelo alborotado mi pecho abrigaba
cigarrillo compartido arrancaba sonrisas
mientras el corazón desaceleraba.
Mi despertar encendió la confusión
por la versión de lo sentido
a escasos latidos de la original
esa que aún recuerdo y disfruté contigo…