No sorprende a nadie afirmar que la industria de las películas pornográficas ha estado enfocada a los hombres.
Más allá de cuestionarnos si hombres y mujeres buscamos contenidos pornográficos distintos y plantearnos la necesidad de crear películas diferentes según el género, resulta verdaderamente fundamental fomentar la grabación de películas que promuevan la igualdad de género y que rompan tantos mitos sexuales y estereotipos.
El número de adolescentes que conoce la sexualidad a través del porno es muy alto. ¿Qué tipo de referentes les estamos aportando? La mayoría de las películas de este sector retratan a la mujer como un objeto de rol pasivo y a los hombres como los machos dominantes que les enseñan y les proporcionan el placer. ¿Es esto realmente excitante? Lo que es evidente es que se trata del claro reflejo de nuestra sociedad.
Por suerte, hay algunas películas que nos muestran otra realidad bien distinta. Este es el caso de todas las películas denominadas postporno, es decir, grabaciones que van mucho más allá del coitocentrado y genitalista porno tradicional.
Una de las personas que ha decidido apostar por esta nueva forma de ver el porno y experimentar con él, ha sido María Llopis, quien muestra a través de performance, vídeo, fotografía y texto su propia forma de entender la identidad sexual y de género, la sexualidad y el erotismo. La podéis seguir en su interesante blog Maria Llopis Desnuda.
María Llopis |
Otro tipo de porno que se aleja del modelo habitual es el que cuida la imagen, el sonido, el vestuario, la historia… Se descentra de los planos tan ginecológicos y se fija en cada detalle. Se trata de producciones que buscan mover emociones, caricias que erotizan todo el cuerpo, imágenes llenas de sensualidad, de misterio y de seducción. Las escenas menos explícitas pueden ser mucho más sugerentes, ya que nos permiten dar rienda suelta a nuestra mente más fantasiosa.
Un buen ejemplo de este tipo de cine estético es el que crea la directora Erika Lust. En sus propias palabras, las estética de sus películas: tiene mucho más que ver con el cine erótico y el cine independiente que con la pornografía. El porno no era así cuando empezó, en los setenta. Pero a partir de los ochenta se volvió cada vez más un producto, perdiendo el criterio estético. Cuando nosotros rodamos hay un ambiente muy bonito de grabación, no es esa típica sensación –por lo que me han contado muchas actrices– de un mundo de hombres, donde productores y directores incluso invitan a sus amigos para ver a las chicas.
Aquí puedes ver el trailer de su película “Cabaret Desire”: http://vimeo.com/25358625.
Otro trabajo interesante es el de Sara Koppel. Aquí tienes dos posts dedicados a ella y a sus producciones: Naked Love Film y We got lost on the other side of wilderness.
En definitiva, como ocurre con toda variedad, el hecho de que cada vez la industria pornográfica se vaya diversificando más (y evolucionando) resulta muy positivo tanto para llegar a un abanico de público mucho más amplio, como para promover un modelo de sexualidad más igualitario, justo y respetuoso.
No te pierdas el artículo: ¿Dónde está el erotismo? Cómo convertir las sensaciones en emociones.
Muy bueno Lara!
Me apunto las recomendaciones, gracias!!!!
Andrea y Sandra M., gracias a vosotras por leerme. ¡Un abrazo!