Como todos los aspectos relacionados con las sexualidad, el sexo acuático está impregnado de mitos. Aprovecho este post para desterrar algunos de ellos.
Deborah Kerr y Burt Lancaster en la maravillosa escena de “De aquí a la eternidad”.
Al practicar bajo el agua relaciones sexuales con penetración…
1. La lubricación no es la misma. Verdadero
El agua puede dificultar la penetración (y dañar el preservativo) al no favorecer la lubricación natural del cuerpo. Una buena opción es utilizar un buen lubricante y colocar el preservativo antes de sumergirse (teniendo cuidado también de que no entre en contacto con la arena de la playa).
2. No hay riesgo de embarazo. Falso
El agua no es un medio anticonceptivo, así que si no se desea un posible embarazo, es importante tomar precauciones. Y no te olvides de recoger el preservativo y tirarlo al contenedor, que podemos ser ecológicos en todo momento.
3. Se pueden contraer infecciones. Verdadero
Por este motivo es importante verificar el estado del agua.
4. No hay riesgo de ITS. Falso
Ni el agua del mar ni de la piscina, funcionan como barrera de las Infecciones de Transmisión Sexual. De igual forma que para prevenir un embarazo no deseado, si tenemos dudas acerca de la salud sexual de nuestra pareja, resulta crucial utilizar el preservativo.
Como ya sabes, el coito no es la única forma de relación sexual. Así que hay muchas otras prácticas que podemos llevar a cabo en el agua (y más fáciles en este medio) y explorar las sensaciones que las caricias despiertan en nuestra piel mojada.
Además, si nos encontramos en una cala solitaria (¡importante asegurarse de esto!), también podemos tumbarnos encima de una toalla grande y dar rienda suelta a la pasión.
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