Yo, que solo estoy aquí para dar placer. Yo, que he sido creado para el orgasmo. Yo, que me erecto, que me excito, que soy atractivo y bonito. Yo, que soy el único órgano creado para el disfrute. Yo, que soy extraordinario, que soy único.
Muchas/-os no me conocen, se imaginan que estoy de adorno, que no sirvo, que soy un mero apéndice de mi compañera la vagina. Muchas/-os no me prestan atención, desconocen mi existencia y no saben cómo soy. Formo parte de su anatomía, al igual que la nariz o los dedos del pie, pero no me hacen caso, no me miman ni me cuidan. Muchas/-os no saben ni cómo estoy hecho por dentro.
Los labios me tapan, me ocultan, y yo sobresalgo entre ellos cuando me tocas, cuando reacciono ante las caricias y los estímulos.
Yo, que sólo tengo un nombre, que no me muestran en clase de biología, que las niñas no saben como llamarme, que no tengo la atención que necesito. Yo, que no tengo otra función que dar placer, que hacer disfrutar, que tengo más de 4.000 terminaciones nerviosas, que me sonrojo si me rozas.
Yo, que puedo darte más placer que nadie… en ocasiones paso desapercibido.
Soy el tejido más sensible que existe en el cuerpo de una mujer y mi única función es dar placer. No tengo ninguna envidia del pene y mi sexualidad es muy global e intensa.
Yo, el clítoris, aprovecho estas líneas para hacer una reivindicación, para pedirte que te responsabilices de mí y de tu sexualidad. Que no te avergüences, que venzas tu timidez y me disfrutes. Que juegues conmigo, sola o acompañada, con juguetes o sin ellos, que me conozcas, me mimes y me quieras. Sólo estoy en tu cuerpo para eso, así que aprovéchame…
Artista: Georgia O’Keeffe Web
Texto publicado en avueltasconelsexo