“Tendría que sentir más placer”
“Mi pareja tendría que ser más (pasional, delicad@, romántic@ detallista, generos@, expert@…) en la cama”
“Yo debería hacer más cosas para disfrutar más”
“Mi cuerpo tendría que ser más (bonito, delgado, con más curvas, “musculado”…)”
“Mis encuentros eróticos tendrían que ser más frecuentes”
“Mis orgasmos tendrían que ser más frecuentes”
“Necesito llegar ya al orgasmo”
“Mi pene/vulva tendría que ser más (grande, pequeño, grueso, alargado…/ bonita, fina, grande…)”
“Yo tendría que ser más atrevid@ en la cama”
“Tengo que satisfacer más a mi pareja”
“Tengo que quedar bien”
“Necesito que piense que soy su mejor amante”
“Tengo que llegar al orgasmo y, si no llego, es que no soy válida”
“Tengo que aguantar más tiempo sin eyacular”
(y un largo etcétera)
¿Te has identificado con alguno de estos pensamientos?
¿Alguna vez han aparecido en tu mente?
¿Qué tienen en común todas estas frases? “Tengo que, debería, necesito, tendría…”. Son obligaciones que parten de una supuesta sexualidad ideal. ¿Recuerdas el post de lo normal en el sexo?
Cuando alimentamos a todos estos pensamientos, nos situamos en un rol de espectador/a que hace que, en lugar de estar sintiendo la relación sexual, tengamos la sensación de estar mirándonos desde fuera. Además, no nos observamos de una forma positiva, sino desde el análisis y la crítica de estar pasando el examen de nuestras expectativas: ¿Hay suficiente erección, estoy suficientemente excitada, tengo suficiente lubricación…?
Con todo esto bailando en tu mente, es muy posible que sientas ansiedad y que incluso tu cuerpo reaccione presentándote un síntoma físico como la eyaculación prematura, la anorgasmia, el vaginismo o la disfunción eréctil.
La pregunta es: ¿Suficiente para qué?
Una cosa es saber cómo quieres vivir tu sexualidad y marcarlo como un objetivo, movido por la motivación y la ilusión, y otra muy distinta es exigirte vivir la sexualidad de determinada forma desde la expectativa de lo que “debería ser” mi sexualidad.
No olvides que desde la obligación se dificulta el placer y se bloquean los cambios.
Cuando le dices a tu cerebro: “Tengo que…”, se lo estás diciendo como si no hubiera más remedio que hacer eso que, además, parece impuesto desde fuera (por lo que he visto en la tv, en las películas porno, por lo que me han dicho…). En cambio, cuando “quieres” algo, tienes mayor poder sobre tu objetivo y este nace de tu propio deseo.
Y todavía podemos ir más allá. Una cosa es “necesito que” y otra es “me gustaría”. Desde la primera, también te obligas y parece que es la única opción que existe. En cambio, desde el “me gustaría”, te estás diciendo: “Preferiría X, pero si no lo tengo en mi vida, puedo ser feliz igualmente”. Por ejemplo, tener una pareja, tener la razón, tener un orgasmo…
Cada persona necesita su tiempo para realizar cambios. Escúchate desde el amor hacia ti y date el tiempo que necesitas. Cada vez que sentimos que hemos fallado, damos paso a la frustración y corremos el riesgo de tirar la toalla.
Un camino positivo es aceptar cómo estás viviendo tu sexualidad en estos momentos y ser consciente de que es el resultado de tus experiencias y de todo lo que te han inculcado a lo largo de los años.
Se tiende a convertir el sexo en una competición, en un examen, en algo para quedar bien ante otra persona, cuando puede ser una forma de comunicación, de compartir, de sentir el cuerpo… Tanto a nivel individual como en pareja. Sin expectativas, solo viviendo lo que es.
El sexo es un momento contigo, no lo conviertas en un momento en contra de ti.
El sexo es un momento contigo, no lo conviertas en un momento en contra de ti.
– Agradécele a tu cuerpo lo que te ofrece sentir en estos momentos y a tu mente cada paso que da hacia la libertad sexual. Puedes haber vivido una gran represión sexual o experiencias traumáticas que requieren tu atención y quedarte en paz con ellas.
– Escucha cada una de las emociones que sientes, no las reprimas, todas contienen información valiosa sobre ti.
– Enfócate en lo que sí has conseguido hasta el momento.
– Haz cosas distintas para lograr resultados diferentes.
– Date tiempo, sin prisas. Aunque quieras solucionarlo rápido, aunque aparezca la frustración y tengas ganas de dejarlo todo. Mírate con comprensión y sin exigencias.
– Conócete lentamente, explora tu cuerpo sin juicios.
Si te sientes bloquead@ y sin saber por dónde empezar, puedes pedir ayuda profesional. Un/a psicólog@ especializad@ en sexología puede acompañarte en este camino para vivir un sexo feliz.
Y ya sabes que puedes realizar una consulta gratuita en: consultas@placerconsentido.es
En este lugar de la red, siempre hay un espacio para ti.
Excel·lent post! Un article que contribueix a mirar cap a dins d'un mateix per a seguir caminant per la via de l'autoconeixement.
Gràcies per compartir!
Moltes gràcies Paula! Seguim caminant!
Muy bueno! Gracias por decir las cosas tan claras. Estaba cayendo en el error de mirarme desde esa crítica de la que hablas sin darme cuenta… Así que QUIERO mirarme con más amor.
Gracias!!!!