¿Has experimentado alguna vez un orgasmo mientras hacías deporte?
Y no, no me refiero a mantener relaciones sexuales en el gimnasio, sino a sentir placer durante el ejercicio físico.
Como ya he comentado en otras ocasiones, podemos disfrutar de orgasmos en distintos momentos del día a día que, en principio, no están relacionados con la erótica.
Una de estas actividades es, precisamente, la práctica de deporte.
¿Cómo es posible? Debido a que entran en juego distintos factores implicados en el orgasmo: el movimiento de la pelvis, la respiración, la concentración, la atención centrada en el cuerpo, la tensión de los músculos (especialmente, en la zona del periné) y la liberación de hormonas que se produce durante el ejercicio físico, entre otros.
Es decir, no se trata de estar pensando en fantasías eróticas, sino que es una respuesta física del cuerpo desvinculada de la erótica de la mente.
¡Incluso tiene nombre! En referencia a los músculos del Core, a este tipo de experiencia se le llama coregasmo.
¡Otro motivo más para ir al gimnasio!
Distinto es el orgasmo que se puede producir con el roce del sillín de la bicicleta. Aquí tienes un divertido ejemplo de ello:
¡Feliz sexo!