Hace un par de semanas colaboré con Eslang (el nuevo medio online del grupo Vocento) con el artículo Ghosting: Dejar a tu pareja nunca ha sido tan fácil del periodista Esteban Ordóñez.
¿Habías oído hablar del Ghosting? Quizás no con este nombre, pero es posible que conozcas el concepto… O que incluso lo hayas vivido (y sufrido) alguna vez en tu propia piel.
Aquí tienes algunas de las preguntas que me hicieron sobre el tema.
Esteban Ordónez: ¿Hasta qué punto contribuyen las redes sociales en que idealicemos más a la pareja?
Lara Castro: El uso que hace nuestra pareja de las redes sociales nos da información sobre ella, pero donde realmente la conocemos es en el face-to-face. Así que no debemos basarnos únicamente en lo que muestra a través de las redes que, a veces, puede estar muy alejado de la realidad.
Esteban Ordóñez: ¿Es más o menos dolorosa una ruptura por
‘ghosting’ que una separación tradicional?
‘ghosting’ que una separación tradicional?
Lara Castro: Es dolorosa en cuanto al momento inicial de shock y al no entender qué ha ocurrido, pero, al producirse la desaparición total de la otra persona, también es posible que se facilite la superación y la elaboración del duelo y la persona se centre más rápido en reconstruir su propia vida.
Por otro lado, una reacción muy habitual en la persona que es dejada por “ghosting”, es intentar contactar de forma desesperada por todos los medios con su ex pareja.
Esteban Ordóñez: ¿Qué factores hay detrás del ‘ghosting’? ¿Qué
perfil o tipo de personalidad puede ser más propenso a poner en práctica el ‘ghosting’?
perfil o tipo de personalidad puede ser más propenso a poner en práctica el ‘ghosting’?
Hay, incluso, quienes relacionan el fenómeno con el amor líquido de Z. Bauman: el ‘otro’ visto como mercancía. ¿El ‘ghosting’ es una práctica que está más vinculada a determinadas personas con temor al conflicto o debemos verlo como signo de hacia dónde van nuestros comportamientos interpersonales?
Lara Castro: El perfil es muy variado porque también depende del tipo de relación establecida y del motivo de la ruptura. No es lo mismo dejar por “ghosting” una relación estable de 15 años que a una persona con la que mantienes un affair de pocos días.
Uno de los perfiles es el de una persona con dificultad para enfrentar los problemas y gestionar los conflictos. Podría ser alguien que siente inseguridad y que tiene miedo de afrontar la conversación, que huye de la responsabilidad de herir a la otra persona, que no sabe cómo gestionar el dolor de su ex pareja o que quiere evitar reconocer los errores cometidos.
A posteriori, pueden surgir remordimientos, culpa y vergüenza por su forma de actuar al tomar consciencia de su incapacidad por gestionar las situaciones complicadas.
Ante una infidelidad de la otra persona, es posible que quien decide practicar el “ghosting” lo haga porque no quiere escuchar ninguna disculpa ni justificación de lo ocurrido.
También puede ser que se recurra a esta técnica de cortar todo contacto de forma drástica cuando se han probado otros tipos de vías y la relación se ha
convertido en un círculo vicioso en el que se deja y se vuelve una y otra vez,
provocando un gran malestar y desgaste emocional en ambos.
convertido en un círculo vicioso en el que se deja y se vuelve una y otra vez,
provocando un gran malestar y desgaste emocional en ambos.
Fomentar una buena regulación emocional, el mantenimiento de una sana autoestima, la importancia de saber gestionar los conflictos y de comunicarse de forma asertiva, contribuirá a que el “ghosting” no tenga por qué ser una práctica habitual en nuestros días. Ya que una cosa es que se elija porque es lo mejor para el bienestar de ambos, y otra muy distinta es que se recurra a ello por incapacidad de gestionar la ruptura de forma distinta.
¿Qué te parece este nuevo concepto?
¡Feliz sexo!