Este es uno de los mitos más extendidos de la sexualidad: El orgasmo marca el punto y final de las relaciones sexuales.
Me encuentro esta creencia en muchas personas (tanto en la consulta como en los cursos de crecimiento erótico) y, en la mayoría de los casos, conlleva un gran malestar.
¿Qué situaciones puede provocar?
– Cuando un miembro de la pareja experimenta el orgasmo, el otro ya no quiere seguir siendo estimulad@ porque le sabe mal por el otro.
– Se potencia el mito de llegar a la vez, creando expectativas que no siempre se cumplen.
– En parejas heterosexuales, el hombre se pasa toda la relación sexual preocupado por no eyacular “antes de tiempo” y la mujer quiere llegar lo antes posible “para no hacerle esperar tanto”.
– El goce se reduce al momento del orgasmo, en lugar de disfrutar de toda la relación sexual.
En definitiva, el encuentro erótico se convierte en un momento de tensión, expectativas, presión, frustración y malestar. ¿Y cuál puede ser la consecuencia? La presencia de disfunción eréctil, eyaculación prematura o anorgasmia.
¿Te has planteado alguna vez qué pasaría si continuases estimulándote tras el orgasmo? Quizás tienes la zona muy sensible y te produce dolor acariciar el glande del clítoris directamente, pero puedes probar en otras zonas. No reduzcas tus momentos de placer a un orgasmo y contempla la relación sexual como algo más extenso. ¡El placer tiene muchas formas, intensidades y matices distintos!
La excitación está en tu mente, así que no tiene por qué terminar con el primer orgasmo. De esta forma, podrás seguir estimulando a tu pareja sin sentir que tú “ya estás fuera” del momento de pasión. Además, háblalo con tu pareja para que no se niegue a seguir con la relación sexual solo por el hecho de que uno de los dos ya haya experimentado el orgasmo.
Y recuerda: Seguir haciendo gozar a tu pareja después del orgasmo (o que él/ella te lo haga a ti cuando ya ha llegado), no es aburrido ni una tarea tediosa, simplemente es un placer diferente. ¡Dar placer puede ser igual de excitante que recibirlo! Como siempre, todo depende de bajo qué filtro lo mires. Y quién sabe si después del primer orgasmo, puedes sentir otro, y otro más…
¡Feliz sexo!